Medaille. Juan Pedro
       [956] (1610-1669)

 
   
 

 
     Jesuita sencillo, humilde, apostólico, promotor de unos 80 (ochenta) institutos religiosos con sus iniciativas.
   Nació en Carcasonne, Aude, el 6 de Octubre de 1610. Murió en Bi­llom, en Puy-de-Dôme, el 30 de Diciembre de 1669. En sus amplias correrías apostólicas en la Diócesis de St. Flour, Rodez, Le Puy, Vienne, Clermond-Ferrand, etc. iba orientando a jóvenes y mujeres piadosas hacia apostolados diversos. Nacieron así las "Hermanas de San José", no en forma tradicional de religiosas, sino en diversas empresas de acción apostólica, siem­pre según las circunstancias eclesiales.
   Juntaba jóvenes que orientaba al apostolado. Unas llegaban a un com­promiso total en Comunidad y funcionaban como religiosas. Otras trabajaban en sus familias. Su proyecto era crear una socie­dad en el mundo, un tanto reservada o secre­ta, para hacer el bien. Las grandes líneas quedaron trazadas en "la Carta Eucarística" y, luego, en las "Constituciones" que preparó para las comunidades formadas.
    El Fundador tuvo la oposición de la Orden jesuítica, especialmente del Superior General que lo era el P. Caraffa, pues todavía no se miraba bien esa animación de Asociaciones femeninas.
    De todas formas, desde 1646 diversos grupos comenzaron a funcionar en pequeñas comunidades de 3 a 6 miembros y en trabajos apostólicos. En 1651 el Obispo de Le Puy, Mons. Enrique de Maupas (1606-1680), animador y segundo fundador de la obra, las otorgó el reconocimiento jurídico al estilo de "Congregación religiosa". En 1654 el P. Medaille preparó las "Constituciones". En 1674 obtuvieron letras patentes y reconocimiento civil.
    Retirado a la sombra, el P. Medaille se puso al frente de la anima­ción de la obra Mns. Maupas. Se mantuvo el dinamismo inicial y pronto el espíritu vital y el número de adeptas de la Sociedad se desenvolvió enormemente.
    Al morir el P. Medaille dejaba ya unas 35 comunidades. Un siglo después, al estallar la Revolución de 1789, no bajaban de 130, de las cuales 40 estaban en la Diócesis del Puy. Pasada la tormenta revolucionaria, la vitalidad restauradora se puso en movimiento. Las casas se organizan en Congregación, con sus normas internas, con sus Superiores independientes, con su Noviciado.
   Su fecundidad resultó asombrosa y su acción sigue hoy en diversos lugares. El año 1838 habían llegado las casas a 144 y las Hermanas pasaban de 3.000. A mediados del siglo XX, eran en el mundo unas 60.000. Unas veces son las comunidades las que se autonomizan y se convierte en Institutos independientes y a su vez se extienden en nuevas obras. Y en ocasiones se mantiene como grupos ya formados, congregaciones en ciernes, que asumen la normativa y la espiritualidad de la Obra.
   Hasta unas 80 Congregaciones diferentes fueron surgiendo del carisma del P. Medaille. De ellas quedaban a comienzo del siglo XXI más de 50, agrupadas en varias Federaciones (francesa, italiana, ­americana...). Todas ellas son espejo de la idea fundacional. Y pueden ser presentadas todavía hoy como modelo de creatividad adaptada a las necesidades de los tiempos.